Años de estudios y preparación, una trayectoria profesional como aval, referencias, idiomas, experiencia internacional... Nada de esto parece bastar para saciar el voraz apetito de potenciales empleadores. En alguna ocasión ya he hablado de la titulitis galopante que azota estas tierras, pero me siguen dejando patidifuso las situaciones absurdas a las que me enfrento. Si no lo veo no lo creo.
SITUACIÓN Nº 1: Oferta de empleo que me va como anillo al dedo. Cumplo todos y cada uno de los requisitos: experiencia, idiomas, estudios... Recibo respuesta negativa a la solicitud. Argumento esgrimido (cito textualmente): "sus cualificaciones no cumplen EN NINGÚN CASO los requerimientos del puesto". ¿¡!? El estupor se apodera de mí. ¿Qué coño he estado haciendo toda mi vida entonces?
SITUACIÓN Nº 2: De nuevo, oferta de empleo apropiada. Preparo una completísima solicitud plagada de documentos (como se hace aquí siempre). Resalto especialmente los aspectos de mi trayectoria laboral interesantes para el puesto, y no tanto mi formación, ya que esta tiene menor relevancia en comparación con la experiencia (al menos eso me dicta la lógica). Tras deliberar varios días, me piden mi expediente universitario. Sabiendo donde me encuentro, esto cae dentro de lo normal, así que no le doy demasiada importancia y se lo envío. No es suficiente. Ahora quieren referencias de mi etapa universitaria. Aunque empieza a parecerme excesivo, procedo a facilitárselas también. Pero aún no había acabado la cosa. Lo siguiente que me solicitan son los expedientes completos de toda mi etapa académica, esto es, educación secundaria y ¡PRIMARIA! Ahí sí que ya se me desencaja la mandíbula directamente... ¿Qué me pedirán luego? ¿Las huellas digitales? ¿La partida de nacimiento? ¿El árbol genealógico? Pero, ¡pedazo de gilipollas! ¿De todo mi currículum y bagaje, lo que te interesa y por lo cual vas a decidir mi incorporación es mi nota de pretecnología en 2º de EGB? ¿¿Nos hemos vuelto locos o qué?? Sé porqué lo hacen y sé que así funciona este país, pero eso no significa que no sea completamente absurdo. ¿Qué peso puede tener esa lejana e insignificante fase de mi vida al lado de mi carrera profesional? ¿Acaso hay algo más importante que la experiencia acreditada (no exenta de la debida formación, claro está)?
SITUACIÓN Nº 3: Oferta de empleo apropiada salvo por un punto. A pesar de tener experiencia en puesto similar, mi titulación universitaria no corresponde exactamente con la que solicitan. Visto lo visto, cuento con que ese detalle será un talón de Aquiles insalvable. Naturalmente, la negativa no se hace esperar. Me descartan "porque mi formación académica no cumple los requerimientos". Una vez más, se la sudan los años de experiencia que tenga en esa actividad.
Finalmente, llega la escena que me da la puntilla.
SITUACIÓN Nº 4: Oficina de empleo. Me convocan para estudiar mis expectativas actuales y la evolución desde la última reunión. Me preguntan cómo va la búsqueda, le explico que la cosa sigue chunga, hablamos de esto y lo otro... Puro trámite. Conclusión de la charla: "tenga usted este folleto; ahí se explica cómo solicitar que le reconozcan oficialmente sus títulos extranjeros en Alemania". ¡Lo que me faltaba por ver! Es que los títulos que dan en el extranjero son de tómbola, por lo visto. Parece ser que las matemáticas, la física o la química se rigen por leyes distintas aquí que en el resto del universo, por eso no valen las que estudiamos fuera. ¡Hay que joderse!
Este tipo de actitudes me recuerdan mucho a lo que ocurre en otros países avanzados del mundo. El saberse por delante del resto en muchos aspectos les hace caer en una enorme soberbia con extrema facilidad. A menudo se creen que todo lo de fuera es peor y que solo ellos saben hacer bien las cosas. Una falta de criterio que considero profundamente absurda y discriminatoria, y que ilustra un carácter elitista muy extendido en estas sociedades.
Naturalmente, admito que debe existir cierto control sobre las titulaciones "importadas"; es verdad que hay de todo por el mundo adelante. Comprendo que se exijan garantías en ese sentido, pero las situaciones que me han ocurrido me parecen completamente irracionales, porque:
Este tipo de actitudes me recuerdan mucho a lo que ocurre en otros países avanzados del mundo. El saberse por delante del resto en muchos aspectos les hace caer en una enorme soberbia con extrema facilidad. A menudo se creen que todo lo de fuera es peor y que solo ellos saben hacer bien las cosas. Una falta de criterio que considero profundamente absurda y discriminatoria, y que ilustra un carácter elitista muy extendido en estas sociedades.
Naturalmente, admito que debe existir cierto control sobre las titulaciones "importadas"; es verdad que hay de todo por el mundo adelante. Comprendo que se exijan garantías en ese sentido, pero las situaciones que me han ocurrido me parecen completamente irracionales, porque:
- Estamos hablando de países pertenecientes a la UE; esas garantías se presuponen. Si no es así, apaga y vámonos, que desmonten el chiringuito de una vez.
- No soy un recién licenciado, tengo una experiencia detrás. Es decir, otras empresas ya han comprobado que mis títulos no son "de palo".
- Ya he trabajado en Alemania. O sea, otros congéneres suyos ya le han dado el visto bueno a mi formación, por si es que sus selectos paladares solo aceptan el rasero nacional.
Así pues, no pienso ir como un corderito a pedir su beneplácito para mis títulos españoles. Por lo que a mí respecta, pueden esperar sentados. Y si deciden rechazarme por semejante chorrada, me voy con la conciencia muy tranquila y la cabeza bien alta. Ellos se lo pierden.
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