sábado, 1 de marzo de 2014

5 pasos y 5 consejos para establecerse en Alemania

Pues nada, un año de blog. No me van ni los típicos balances ni las rimbombancias que se estilan en estas ocasiones, así que he decidido conmemorar la efeméride de un modo sencillo —aunque útil, espero—, echando la vista unos añitos atrás para recordar cómo fue mi llegada a Alemania.


Cuando decidí que quería venirme a este país, tenía bastante claro a qué puerta debía llamar primero. Sabía que mi historial era muy propicio para lograr que me la abrieran. La solicitud que presenté estaba muy lejos de cumplir con los estándares alemanes —por entonces no tenía ni idea de cómo se las gastaban en este asunto—, pero fue suficiente para despertar su interés. Así, tres entrevistas más tarde, obtuve mi contrato. Conseguir aquel trabajo fue relativamente sencillo, lo que a la postre resultó ser una manzana envenenada. Fue lo único fácil de todo lo que vendría después...

Mi llegada empezó siendo ilusionante —a la par que inquietante y caótica—, si bien pronto se convertiría en decepcionante y frustrante, cosa que debo "agradecer" en gran medida a aquella primera empresa. He de decir que, debido al descontrol que gobernaba mi vida en esos días, no recuerdo con total precisión los detalles referentes a los trámites burocráticos. Por eso, no pretendo escribir la guía definitiva para instalarse aquí, ya que me extendería muchísimo y, aún así, presentaría numerosas lagunas. Simplemente me limitaré a contar cómo sucedió en mi caso.

1) Ayuntamiento

Lo primero —tema vivienda aparte— fue el registro en el ayuntamiento, la llave para todo lo demás. A través de ellos, otros estamentos administrativos fueron informados de mi presencia en el país, con lo que me expidieron todas las identificaciones de las que carecía como nuevo residente. Me asignaron número de identificación fiscal y de seguridad social, que recibí por correo en la dirección indicada en el registro. Además, se notificó mi llegada a la oficina de extranjería. Para ciudadanos de la UE esto no debería suponer grandes problemas, aunque últimamente parece que las aguas bajan un tanto revueltas por Europa... A mí, por entonces, me enviaron una carta pidiéndome copia del pasaporte, del seguro de salud y del contrato de trabajo. Después de mandárselas me confirmaron por escrito que disponía de permiso de residencia. Desde entonces no he vuelto a saber de ellos.

Consejo: conviene pedir en el ayuntamiento un certificado de empadronamiento y, junto con el justificante de registro, hacerle unas cuantas copias. En este país tienen la "bendita" costumbre de pedir ese dichoso certificado para TODO. En algún caso no me lo cobraron, pero normalmente sí (5€).

2) Banco

Una de mis primeras acciones nada más llegar fue abrir una cuenta corriente para poder cobrar la nómina y afrontar los numerosos pagos iniciales.

Consejo: los Volksbank o Sparkasse resultan muy prácticos por su cercanía. Están prácticamente en cada rincón de Alemania, lo que garantiza tener siempre oficinas y cajeros a mano. La parte negativa, sin embargo, pueden ser sus comisiones. Otra alternativa a valorar puede ser la banca por internet.

3) Hacienda

Esta es la parte de la que guardo recuerdos más confusos, sobre todo por mi desconocimiento del idioma y de las normas fiscales. Sé que me hicieron rellenar un formulario y poco más —suerte que me echaron un cable, porque si no, aún estaría allí intentando rellenarlo—. Recibí entonces mi tarjeta de impuestos, que posteriormente tuve que entregar a la empresa (puede que esto sea distinto ahora, ya que en 2013 se implementó un procedimiento electrónico).

Consejo: el sistema fiscal alemán establece diversas clases impositivas según las circunstancias personales de cada uno. No está de más familiarizarse previamente con esa estructura para saber un poco de qué te están hablando. De modo muy resumido, estas son las 6 clases que existen:
  • Clase I: trabajadores solteros, separados, divorciados, viudos cuyo cónyuge falleciese antes de 2012, inscritos como pareja de hecho y casados cuyo cónyuge resida en el extranjero.
  • Clase II: trabajadores que, en las condiciones citadas para la clase I, tengan algún hijo oficialmente a su cargo.
  • Clase III: trabajadores casados (no separados) cuyo cónyuge no perciba salario (o perciba uno mucho más bajo que el propio). Trabajadores viudos cuyo cónyuge falleciese después de 2011 y viviesen juntos en Alemania.
  • Clase IV: trabajadores casados (no separados) cuyo cónyuge perciba un salario similar al propio.
  • Clase V: cónyuges de aquellos trabajadores encuadrados en la clase III.
  • Clase VI: trabajadores que perciban simultáneamente salarios de más de un empleador.

4) Seguro médico

A continuación tocaba afiliarme a una de las cajas de enfermedad o aseguradoras que proveen del seguro obligatorio de salud. Básicamente, se trata de pasarse por una oficina y contratar sus servicios rellenando los pertinentes formularios (nota: necesité el número de la seguridad social). Al poco tiempo me enviaron la tarjeta sanitaria, imprescindible para recibir atención médica.

Consejo: existen seguros públicos y privados, pero estos últimos están restringidos a personas cuyos ingresos brutos superen una cantidad fijada cada año (en 2014, 53.550€/anuales). Aún estando en disposición de optar al privado, su funcionamiento requiere un buen conocimiento del mismo. Por tanto, puede ser preferible decantarse al principio por uno público, que además cubre a todos los miembros de la unidad familiar.

5) Consulado

Para completar la ronda burocrática me registré en el consulado, donde me pidieron, junto con sus respectivas fotocopias: certificado de empadronamiento (el del ayuntamiento), foto de carnet, DNI, pasaporte, así como cubrir el formulario —uno másque me dieron allí.

Consejo: mejor llamar antes de ir (incluso más de una vez) para confirmar los documentos necesarios y si se requiere cita previa (el tiempo de espera puede ser de semanas o incluso meses). Esencial no olvidarse de nada para la cita —a los funcionarios no les dolerán prendas en hacerte repetir el viaje si falta algo—. La primera vez es frecuente pensar que el consulado es como un pedacito de tu país donde te van a recibir compatriotas calurosamente. ¡Error! Te recibirán con la misma apatía y desdén —o tal vez másque los funcionarios de casa.

Y esas fueron, que yo recuerde, las principales gestiones que realicé a mi llegada. A partir de ahí, la vorágine. Durante mi primer mes de estancia recibí fácilmente unas 10-15 cartas entre unas cosas y otras. Números de afiliación, tarjetas, contratos, petición de documentos, confirmación de datos, reconfirmación de la confirmación, etc, etc, etc. Sinceramente, cuando lo pienso, hay cosas que, todavía ahora, varios años después, no me explico cómo demonios conseguí arreglar sin tener ni idea de nada.

Por cierto, para más información sobre otros asuntos relacionados con el cambio de residencia te recomiendo leer también estos artículos:

Alquiler de vivienda en Alemania
Manual del inmigrante
Cambiar matrícula española por alemana en 10 pasos

8 comentarios:

  1. Pues sí, muy, muy útil tu celebración de la efeméride... :-)

    Quería poner la guinda zum Thema "Hacienda"... Dices que "menos mal que me echaron un cable". Pues bien, yo quiero remarcar lo trascendental que es que te echen ese cable!! Me explico:

    En Alemania (al igual que abogados) hay cientos de miles de asesores fiscales. La inmensa mayoría te cobrará una nada despreciable cantidad por simple y llanamente meter tus datos en una plantilla de internet. Otros muchos, te cobrarán tres veces más, pero te invitarán a una entrevista y te preguntarán todo tipo de detalles hasta hacerte sonrojar.

    Pues bien, desde la experiencia, y sabedora del dolor que produce el que te cobren "tres veces más" yo recomiendo fervientemente que la primera declaración de la renta en Alemania se haga con uno de estos últimos (a poder ser alguien recomendado), sobretodo si se tiene de qué desgravarse (por ejemplo, trabajar desde casa, tener una casa o familia en España, etc). Pagas más, sí... pero te beneficiará con creces!!
    Te sorprenderás de la de cosas que te puedes desgravar... :-)

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    1. Totalmente de acuerdo. Es exactamente como lo dices. La primera declaración conviene hacerla con el mejor asesor, aunque sea más caro. La diferencia en el resultado de la declaración puede ser mayúscula. Hablo de hasta miles de euros... Se pueden desgravar cosas casi inverosímiles.

      Gracias por la aportación. Buen consejo.

      Saludos

      P

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  2. ¡Madre mía! Qué de cosas. Este post me ha parecido muy muy útil. Te acabo de descubrir y me gusta mucho el blog.
    Un saludo
    elmundoidiomas.blogspot.com.es

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  3. Pues muchas gracias, Diana. Ya sabes, ¡pásate cuando quieras!

    Saludos

    P

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  4. Hola!! Acabo de entrar a leerte y me gusto mucho!!! Lo triste es que la ignorancia es bendita jajajaja... ahora que te leo, me doy cuenta de cuanto no se, y eso me esta estresando :/
    Sobre todo el punto de Hacienda.... soy mexicana, y en México si trabajas para alguien, ese alguien esta obligado a hacer tu declaracion de impuestos, claro que si lo haces tu puedes deducir algunas cosas extras. Ahora mi esposo y yo vivimos en Düsseldorf, y se que debemos declarar en la clase III. Pero nadie me recomienda un buen asesor, sabes donde puedo conseguir uno que me explique que se deduce y que no??... como dices, a los locales les parece lo mas normal, tal vez por eso les es tan complicado explicar.

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    1. Hola. La verdad es que es fácil estresarse con todo lo que conlleva un cambio de país... Tómatelo con la mayor calma posible.

      Los buenos asesores son como un tesoro cuyo paradero nadie quiere desvelar :-) Si no tienes a nadie de confianza que te recomiende uno, me temo que solo te queda el método 'prueba-error'... Muy mal tendría que salirte la cosa para no ahorrarte un dinerillo. Por ejemplo, vuestra mudanza a Alemania se desgrava. Lo mismo con el desplazamiento diario entre casa y el trabajo o compras relacionadas con la actividad profesional como literatura, cursos de formación... Por si acaso, conserva siempre TODAS las facturas. ¡Nunca se sabe cuándo les puedes sacar provecho!

      Si no encuentras un asesor, otra posibilidad puede ser afiliarte a un 'club de ayuda para la declaración' (Lohnsteuerhilfeverein). La cuota que cobran va en función de tus ingresos y, generalmente, suele ser algo más barato que un asesor.

      Suerte y saludos

      P

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  5. Lo del consulado es obligatorio-obligatorio? La página consular empieza por el "obligación de registrare" pero, aparte de notificar a la familia que palmaste o que puedes votar en un país en el que -al menos de momento- no vivirás, qué sentido tiene?

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    1. Hombre, creo que no se infringe ninguna ley por no registrarse en el consulado pero, antes o después, vas a necesitar algo de ellos, y ahí tendrás que pasar por el aro... Por ejemplo: renovación del pasaporte, trámites de registro civil (nacimientos, matrimonios, defunciones...), certificados de residencia para fines diversos... Con lo amables y serviciales que suelen ser, vale más no esperar a necesitar algo para registrarse...

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