sábado, 5 de julio de 2014

Gratis

Hay ciertas cosas por las cuales, en España, es impensable tener que pagar. Estamos acostumbrados a que sean "gratuitas" y cualquier intento de hacerlas de pago es considerado una grave afrenta y es rechazado ferozmente. Llegar con esa filosofía a Alemania, país donde se paga por todo, me deparó no pocos disgustos y cabreos monumentales. Pero, ¿es esta práctica tan negativa como creemos?




Por supuesto, a mí tampoco me gusta que me hagan pagar "generosamente" por las cosas más insospechadas —¡y a quién sí!—. Sin embargo, mi postura ante este tema ha ido evolucionando sensiblemente, hasta el punto de llegar a verle aspectos positivos en algunos casos. Estoy pensando en situaciones habituales en España, como por ejemplo:
  • Una noticia en la que se hablaba de un mercado medieval que iba a celebrarse. La crónica mencionaba que los asistentes contarían con diversas atracciones y actividades gratuitas, así como también regalos de recuerdo para todos. (Reflexión en voz alta: ¿Porqué hay festivales "medievales" por todas partes sin venir a cuento? ¿No se conocen otros periodos históricos?).
  • Otra promoción similar anunciaba una fiesta gastronómica en la que se repartían raciones gratis del producto en cuestión.
  • También son comunes los conciertos gratuitos, especialmente en fiestas patronales, así como exposiciones, obras de teatro y otros eventos.
  • Y mi favorita. La del club de fútbol endeudado hasta las cejas durante años —uno de tantos— que finalmente se encuentra al borde de la quiebra. Un grupúsculo de aficionados demandan que las instituciones públicas se hagan cargo del club para cubrir sus deudas y evitar su desaparición.
Esta última es, con diferencia, la que más enfermo me pone. ¡Tienen más cara que espalda! Una empresa normal y corriente que lleve esa misma trayectoria se va al tacho en dos días. Y no la salva ni Dios. Sin embargo, los clubes de fútbol pueden despilfarrar lo que quieran, recibir dinero público a espuertas y ser rescatados cuando están en el abismo. Es que "se juega con el sentimiento de una afición", dicen ellos. Pues si estáis tan comprometidos con el club lo tenéis bien fácil. Es vuestro club. No tenéis más que poner de vuestro bolsillo el dinero necesario y listo. Mira qué fácil. Podéis resolver el problema vosotros solitos sin que nadie más intervenga. ¿Porqué tenemos los demás que pagaros el pasatiempo a los cuatro pelagatos que váis al estadio?

El resto de casos citados también son dignos de análisis. ¿Qué aporta regalar objetos, comida o entretenimiento solo por que sí? ¿Atraer buitres interesados únicamente en obtener lo que se reparte sin darle ningún valor? ¿Gente a la que le importa un bledo esa tradición y que no volverá a aparecer por allí en cuanto dejen de darle limosna? ¿Quién no ha visto peleas patéticas entre adultos hechos y derechos por rapiñar todos los regalos posibles, que al poco tiempo acaban tirados en cualquier esquina?

El planteamiento que observo aquí en Alemania va en otra línea. Si vas a mercadillos de Navidad o fiestas similares puedes llevarte la tacita de recuerdo por un par de euros. Si para ti tiene ese valor y quieres conservarla, la pagas y es tuya. Si no lo tiene, la dejas y punto. En eventos de exaltación gastronómica no regalan la ración de turno. Si la quieres probar te la pagas —y no barata precisamente—. Por visitar lugares pintorescos o monumentos históricos no te cuento los sablazos que te meten. Incluso por ver desfiles de carnaval que no son nada del otro mundo la gente paga hasta 6-7€. Y están a tope. Así colaboran a financiar sus tradiciones y patrimonio. Pero lo hace quien quiere. Al que le importa un carajo, pues no va y no paga. No tienes porqué subvencionar los vicios de los demás con tus impuestos. Ese dinero es para otras cosas.

Al principio me costó aceptar esta filosofía, pero más tarde empecé a apreciar sus beneficios. ¿Porqué?:
  • Primero, porque decir que algo es gratis es rotundamente FALSO. Me hace mucha gracia el empleo de la palabra gratis. Ese supuesto "regalo" no es tal, pues te lo están haciendo con tu propio dinero. Con el dinero de todos. Puede que te esté costando incluso más que si lo pagases directamente, en lugar de hacerlo indirectamente a través de tus impuestos. Y además así lo tienes que pagar sí o sí. Tanto si te gusta como si no. Tanto si vas a disfrutarlo como si no.
  • Segundo, porque a mí nadie tiene que decirme lo que es cultura, y mucho menos usar dinero público para regalármela. El que quiera algo, que se lo pague. Si una cosa tiene verdadero interés para la gente, ellos mismos se encargarán de que perdure en el tiempo. Si no es así, es que sencillamente no interesa y, por tanto, no hay porqué gastar ni un céntimo de dinero público en ello. Esta es otra forma de despilfarro de las muchas que conocemos en España.
Por eso, aquellos que se ponen como locos cuando les suprimen algún evento o les hacen pagar por él, deberían saber lo que les cuesta en realidad mantenerlo. Entonces veríamos si les interesa de verdad o si prefieren mejor otras prioridades, como una buena sanidad, una buena educación, etc, etc.

7 comentarios:

  1. A mí me pasó como a ti pero en Inglaterra. Que pretendieran que pagase entrada por ver dos paredes y media (literalmente) que quedaban en pie de un antiguo castillo, tener que pagar siete libras por oír berrear a un grupo de adolescentes locales MUY malos a los que no conocían ni en su casa ¡al aire libre y con un frío del copón!, por entrar a un recinto con exactamente cuatro atracciones que eran una mierda pinchada en un palo... etc, etc, etc...

    Sí, nosotros tenemos actividades y espectáculos cienmil veces mejores. ¿Gratis? Depende. Citas las fiestas patronales... ésas las pagan los vecinos y los comercios del lugar, porque dan vidilla y muuuucho dinero a los hosteleros del pueblo. En las parroquias de los alrededores las orquestas se pagan entre todos los vecinos. Lo mismo con las ferias medievales; no las paga el visitante porque ya las están pagando los comerciantes del lugar y los que vienen esos días a poner los puestos de ropa, de artesanía, de comida... Que el ayuntamiento también pone dinero... vale, sí, pero lo recupera por otro lado.

    En cuanto a las fiestas gastronómicas... Si ése día en concreto dan comida gratis es porque saben que es un excelente medio de promoción de un determinado producto (me viene a la cabeza la Feira do Viño de Chantada, por ejemplo. Fijo que más de uno y de dos y de tres se compra varias botellas o cajas). Unas tazas gratis sí... ¡pero porque saben que van a recibir algo a cambio! También empiezan a haber los espabilados que te intentan sablear a base de bien, como en la Festa da Filloa de A Baña, en Coruña. Me prentendían cobrar UN EURO por UNA filloa. ¡¡¡Una!!! Que por un euro te compras tú el quilo de harina y haces un ciento en casa. Ni que decir tiene que estaban las filloeiras más que ociosas.

    Lo que yo sentía en Inglaterra no era tener que pagar, sino sentirme estafada pagando por algo "sin valor". Pensaba: he pagado siete libras por ver a estos mocosos media hora berreando, cuando en Galicia puedo bailar gratis toda la noche con la París de Noya o la Panorama. No sé si me explico... En un museo no me importa pagar lo que cueste la entrada, pero para ver algo que realmente no tiene nada que ver... ¡como que no! Pico la primera vez, pero la segunda ya no me pillan.

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    1. Evidentemente, a nadie le amarga un dulce. Yo también prefiero no tener que pagar. Pero en según qué cosas, no veo del todo mal que nos cobren. Como tú dices, aluciné más de una vez con lo que pretendían cobrarme por ver auténticas bazofias. Pero la solución es extremadamente sencilla: no pago y listo. Sin embargo, a otra gente puede que le guste esa bazofia, así que pagan y lo ven. De ese modo son los interesados los que mantienen. Eso es lo que me gusta de ese sistema.

      Las fiestas patronales las pagan vecinos y comerciantes, efectivamente, pero fundamentalmente con sus impuestos (salvo en pueblos pequeños, donde la comisión recauda mediante el tradicional puerta a puerta). Y pagan tanto si les gusta el programa como si no. Eso es lo que no me gusta de ese sistema. Yo, si hay un evento que me interesa, voy y lo pago bien a gusto, porque quiero verlo. Y si no hay nada que para mí valga la pena, no voy a ir por muy gratis que sea, así que es dinero tirado.

      En fiestas gastronómicas no veo descabellado que se ofrezcan degustaciones. Es normal en todas partes. Pero una cosa es degustar y otra atiborrarse como puercos. En los magostos, por ejemplo, hay lugares en los que se reparten, aparte de las lógicas castañas, chorizos, pan, vino...Y todo a cuenta del Concello. Por supuesto, las peleas son feroces por hacerse con tantas raciones como sea posible. Si luego terminan por el suelo, no importa. Total, son "gratis". Eso me parece patético.

      Estamos acostumbrados a pensar de esa manera. Como dices: le doy unas copas gratis y así me compran una caja de vino. Y si los que no te compran, se llevan regalo igual, y encima no le dan ningún valor al producto. Debería ser al revés: como me compras unas cajas de vino, te doy un detallito para cuidarte como cliente que eres. Salvo excepciones, los que compran, lo hacen porque les interesa, tanto si hay regalo como si no. El que paga por algo es porque sí le da valor al producto. A la larga es una mejor política de promoción, porque te da prestigio en el mercado.

      Coincido plenamente en que Galicia tiene cosas espectaculares por las que (todavía) no se paga. Pero quizá por eso no se les da el valor que tienen. Así está todo hecho una ruina. "Papá Estado" no tiene que sacar la billetera para todo, y menos ahora. La responsabilidad de cuidar nuestro entorno y nuestras tradiciones es de todos nosotros, no solo de las instituciones públicas. Si yo sé que pagando por ver algo de nuestro patrimonio estoy colaborando a mantenerlo y evitando que se deje echar a perder (como se hace con casi todo), lo pago gustosamente.

      En todo caso, el debate es interesante.

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    2. Por cierto, dos detalles más que me vienen ahora a la cabeza:

      1.- Hace poco me llamó la atención algo que leí en la página web de uno de los muchos castillos que hay por Alemania. Junto a las tarifas había un comentario que decía aproximadamente esto: "al pagar la entrada está usted colaborando a que el castillo permanezca en manos privadas y, por tanto, a que su manteniniento no tenga que ser asumido por el estado".

      Es decir, se presume de que el estado no tenga que gastarse dinero en el mantenimiento del patrimonio.

      2.- El concepto nuestro de tener las cosas gratis también es nocivo por otro motivo. En principio, puede ser cierto que, cuanto menos pagues, mejor. Pero sin gasto, la economía de un país no puede funcionar.

      El concepto de pagar y cobrar por todo hace fluir el dinero. El comercio aumenta y la economía funciona. Es otro aspecto positivo que le veo.

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  2. Lo del club responde a un esquema mental bastante habitual en hispanistán, y no solamente con el fútbol. "Hay que" salvar X, así que pido al estado que meta la mano en los bolsillos a los demás para salvar X, y hay que salvarlo al precio que sea, cueste lo que cueste. Y "X" puede ser cualquier cosa, un idioma, la tauromaquia, un edificio, un club de fútbol (que para más inri es una empresa),... pero siempre coincide en que "X" casulamente es muy importante ideológicamente en la vida de quien pide salvar "X" (póngase el caso del euskera o del club de fútbol de turno), rara vez son análisis objetivos y razonados por un observador neutro. Y mira que es fácil: Organizar una colecta y dar un diploma a todos los que hayan aportado para salvar al club para que puedan enmarcarlo y colgarlo en una pared de su casa.

    Mi padre es uno de los que se apunta a todo lo que sea gratis. Y la casa ha terminado llena de trastos que nunca se usan, que recogió solamente porque eran gratis.

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    1. Supuestamente "X" es muy importante para esas personas que demandan su salvación. Sin embargo piden que seamos otros los que corramos con los gastos de su fiesta. Curiosa manera de mostrar su afecto por "X"... Si tanto te importa, ¡sacríficate tú por ello!

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  3. "El concepto de pagar y cobrar por todo hace fluir el dinero. El comercio aumenta y la economía funciona".

    A mí me parece que es acentuar aún más las diferencias sociales, ya que paga por todo el que puede pagar por todo, haciendo cada vez más inaccesibles ciertas cosas para aquellos que no pueden. Hasta que se llega a tener que pagar por bazofias, como bien dices, porque se ha entrado en esa dinámica de apoquinar por casi todo, valga la pena o no. Te vuelvo a hablar de Inglaterra que es lo que conozco: por cualquier "espectáculo" en alguna fecha señalada pagas entrada... Pero no hay ni un diez por ciento de la gente en la fiesta de la que hay en las fiestas de aquí. Sólo se llevan dinero los que organizan la actuación: el pueblo y sus comercios NI LO HUELEN! No hay vidilla! Así que en esto discrepo contigo: ese día no se ve que el comercio aumente ni que fluya tanto el dinero. Las "fiestas" allí no atraen turismo ni visitantes; no son un buen medio de promoción del pueblo.

    Lo que dices más arriba de algunas fiestas gastronómicas que la gente se pelea por la comida... Te doy la razón: alguno parece que va con hambre de dos semanas. ¡Jesús...!

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    1. El argumento de acentuar las diferencias sociales pienso que es un obstáculo salvable. Basta con establecer descuentos o exenciones para determinados grupos de población. Eso también se hace aquí en Alemania. Jubilados, parados o familias numerosas, por citar algunos ejemplos, suelen disfrutar de tarifas reducidas en muchos sitios.

      No cuento con datos objetivos para demostrar que se favorece el comercio y la economía. Es una percepción personal basada en detalles que observo. Un ejemplo: conozco un pueblo donde hay una pequeña empresa familiar que fabrica, embotella y vende zumos naturales. Su precio es bastante caro, pero todos los vecinos del pueblo los compran. Podrían perfectamente adquirir otro producto mucho más barato, pero eso no representaría ningún beneficio para su pueblo, así que pagan ese coste adicional con mucho gusto. La consecuencia es que la empresa va creciendo, para fabricar su producto compran fruta a otros agricultores del lugar y, antes o después, acabarán dando empleo a más gente.

      Eso es crear valor.

      Para profundizar en la discusión habría que diferenciar más. Creo que la estrategia no es igual para promocionar un lugar o un producto que para organizar unas fiestas locales o un evento tradicional. Pero, hablando en general, el aumento del comercio no tiene que producirse necesariamente a través de visitantes o turistas. Eso es una consecuencia posterior. La economía hay que empezar a impulsarla desde dentro del propio ámbito (ya sea a una escala local, regional, nacional...). Por simplificar: si yo recibo una serie de servicios o eventos gratis, he pagado 0€ por ello. Si yo pago una cantidad X por esos mismos servicios y, como consecuencia de la actividad económica generada, recupero por otro lado la misma cantidad, en el cómputo global también me quedo como estaba, pero estoy contribuyendo a revitalizar el comercio.

      Desde luego esto exige un cambio de mentalidad colectiva. No es tan sencillo como lo pinto aquí. Pero ese es un poco el fundamento del asunto.

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